sábado, 10 de julio de 2010

PADRE NUESTRO

Padre "nuestro"

Padre "Nuestro" se refiere a Dios. Este adjetivo, por nuestra parte, no expresa una posesión, sino una relación totalmente nueva con Dios.
Cuando decimos Padre "nuestro", reconocemos ante todo que todas sus promesas de amor anunciadas por los Profetas se han cumplido en la nueva y eterna Alianza en Cristo: hemos llegado a ser "su Pueblo" y El es desde ahora en adelante "nuestro Dios". Esta relación nueva es una pertenencia mutua dada gratuitamente: por amor y fidelidad tenemos que responder "a la gracia y a la verdad que nos han sido dadas en Jesucristo.
El Padre Nuestro fue concebido cuidadosamente por Jesús con ciertos fines muy precisos. Jesús lo enseñó para trazarnos un camino certero hacia Dios. Por ello debemos usarlo inteligentemente. Si se hace de corazón, es una fórmula compacta para desarrollar el alma, siendo el camino a partir del alma el único que importa. El Padre Nuestro está preparado para ayudar a ese cambio.
Que estás en los cielos:
Jesús explica que la naturaleza de Dios es estar en los Cielos y la del hombre estar en la Tierra, porque Dios es causa y el hombre efecto o manifestación. Aquí la palabra "cielo" significa Presencia de Dios, y la palabra "tierra", quiere decir manifestación.
La función del hombre es expresar o manifestar a Dios, expresar quiere decir hacer salir, sacar la luz.
Cuando la Iglesia ora diciendo "Padre nuestro que estás en el cielo", profesa que somos el Pueblo de Dios "sentado en el cielo, en Cristo Jesús" (Ef. 2, 6), "ocultos con Cristo en Dios" (Col 3, 3), y, al mismo tiempo, "gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celestial".

Santificado sea tu nombre:
El término "santificar" debe entenderse aquí, en primer lugar, no en su sentido causativo (solo Dios santifica, hace santo) sino sobre todo en un sentido estimativo: reconocer como santo, tratar de una manera santa. Así es como, en la adoración, esta invocación se entiende a veces como una alabanza y una acción de gracias (cf. Sal 111, 9; Lc 1, 49).
El nombre de una cosa representa su naturaleza esencial y su carácter. Jesús dice que la naturaleza de Dios es "santificada", cuyo origen etimológico significa "santo, "sano", "sanar". De esta manera la naturaleza de Dios se nos revela perfecta y eternamente buena.
Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo:
El Reino de Dios adviene en la Ultima Cena y por la Eucaristía está entre nosotros. El Reino de Dios llegará en la gloria cuando Jesucristo lo devuelva a su Padre.
"El Reino de Dios es justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo" Los últimos tiempos en los que estamos son los de la efusión del Espíritu Santo. Desde entonces está entablado un combate decisivo entre "la carne" y el Espíritu.

"Venga tu reino", es nuestra misión manifestar en los planos materiales las ideas de Dios.
Danos hoy nuestro pan de cada día:
Somos los hijos de un Padre que nos ama, y podemos esperar naturalmente de El todo lo que necesitamos, como de manera natural y espontánea los niños esperan recibir de sus padres. La Eucaristía es nuestro pan cotidiano. La virtud propia de este divino alimento es una fuerza de unión: nos une al Cuerpo del Salvador y hace de nosotros sus miembros para que vengamos a ser lo que recibimos... Este pan cotidiano se encuentra, además, en las lecturas que oís cada día en la Iglesia, en los himnos que se cantan y que vosotros cantáis. Todo eso es necesario en nuestra peregrinación.
Y perdónanos nuestras ofensas, como nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden:
El pecado es la sensación de estar separado de Dios, y la causa de todos los sufrimientos, proviene de ese sentimiento de separación. Es la sensación de una existencia absolutamente personal, mientras que la verdad del Ser es que todo es Uno. El mal, el egoísmo y todos los sufrimientos provienen de la negación o el no reconocimiento de esta idea, puesto que lo que le haces a otro te lo estás haciendo a ti mismo. El fin del perdón, es el de hacer desaparecer la ilusión de la separación, con esto nos acercaremos a Dios y al prójimo, disipando todas las culpas que nos atan a un sufrimiento innecesario. El perdón es el escape de la limitación y la culpa.
Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal:

En esta cláusula pedimos que se nos libere de todas las dificultades, recordando esta frase: "Ninguna plaga tocará tu morada, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario